No estás sola, Sara (resumen)

No estás sola, Sara nos muestra la realidad de una joven que sufre acoso de género durante un noviazgo. Al inicio, vemos a Sara como una chica enérgica, quien tiene una relación pero decide terminarla, ya que no se sentía cómoda con el trato que estaba recibiendo. Poco después empieza a salir con Javier, quien se muestra respetuoso y cariñoso con ella, aunque a lo largo de la película desarrolla actitudes contrarias.

Todo parecía marchar bien, Javier era amoroso y detallista, parecía tratar bien a Sara, incluso le llamaba de forma cariñosa "mi niña", le hacía obsequios y era atento. Hasta que las cosas comenzaron a dar un giro. Javier le regala a Sara un vestido que cubría la mayor parte de su cuerpo y ella accedió a usarlo, pues no parecía ser una mala intención, pero lejos de ser un acto de bondad era una forma de poco a poco controlar a Sara e influir en ella, indirectamente, una forma de manipularle. Incluso su amiga en la cena a la que lleva el vestido se extraña y dice "no es tu estilo". A lo largo de la cena Javier toma una postura que sorprende a Sara, quien había acordado salir con sus amigas, pero Javier la interrumpe y no se tranquiliza, dice una y otra vez a Sara que recuerde de que ya tenía planes con el, y aunque ella sabe que lo está inventando todo, decide no hacer nada, aceptarlo y quedarse callada. A partir de entonces él empezará a desarrollar una serie de conductas que culminarán en un fuerte maltrato psicológico.

Poco a poco Javier manipula más y más a Sara, en sus relaciones sociales, incluso en la forma de vestirse, una escena de la película nos muestra cómo Sara va en busca de Javier al taller donde trabaja, llevando puesta una mini falda, la reacción de él es impresionante, se vuelve impaciente y hostil, la saca del lugar y pregunta a Sara que si ha ido en mini falda para provocar a sus compañeros de trabajo y ella se extraña, y lo niega, claramente. Ella menciona que deja de usar mini faldas, porque cree que él la estaba "protegiendo", de alguna forma.

El primer momento en que miramos un maltrato físico es cuando Sara está preparando su maleta, porque se irá de viaje, y Javier la empuja fuertemente contra la pared, no pensaba permitir que ella llevara esa ropa: bikinis, vestidos cortos. Ella comienza a darse cuenta de quién es realmente su novio, pero finalmente lo perdona cuando él le lleva rosas.

Las actitudes de Javier, su rabia, son cada vez más frecuentes, llegando al punto de abusar sexualmente de Sara, quien le decía que no quería; también llega a pensar que ella le es infiel mientras cuida de su sobrino, y la maltrata en presencia de este. Las cosas han llegado demasiado lejos, Sara decide que es momento de terminar su relación, pero prefiere guardarse todo lo que le ha hecho por vergüenza.

Javier empieza a acosarla, la sigue a donde sea que ella vaya, se hace la víctima e incluso promete ir a terapia si ella accede a regresar con él. Ella termina creyéndolo y acepta encontrarse con él. Pero las cosas se tornan feas para Sara, pues comprende que él no va a cambiar, al contrario le da una paliza que la deja tumbada en el suelo, mientras su amiga lo escucha a través del teléfono, sin poder moverse del dolor. Al llegar a casa su madre la encuentra subiendo las escaleras y mira el rostro de Sara lleno de moretones, le pregunta si ha sido Javier y ella no lo niega, pero le pide que no se lo diga a nadie, suponía para ella una gran vergüenza. Desde entonces, Javier la acosa de una manera frenética, la llama y le escribe a todas horas, la sigue, incluso aparca su coche fuera de su casa con la música a todo volumen esperando que Sara baje a verlo. Ella desarrolla tal miedo, que le preocupa y le aterra el hecho de salir a la calle y deja de hacerlo.

Su amiga le recomienda que visite un psicólogo, que lo que le está pasando no es algo normal, y que está segura de que le hará bien. Sara, no muy segura, termina aceptando, y es entonces cuando conoce a una psicóloga a quien acabará considerando su "segunda madre".

Finalmente, el incidente que hizo que Sara se decida a denunciar fue cuando Javier la encuentra con dos amigos y le da una paliza a uno de ellos, se da cuenta que no puede más, que es momento de ponerle un alto. Y así lo hace, lo denuncia. Pero como es lógico, Javier lo niega todo, se hace la víctima y dice no entender porqué Sara está diciendo todas esas mentiras y poniendo una denuncia falsa.

Debido a la falta de pruebas físicas, Javier no recibe el castigo que merece. Además, el juez alega que su madre sabía de los acontecimientos y no hizo nada. Así que obtiene una orden de alejamiento por diez años solamente.

Sara se da cuenta de la importancia de denunciar a tiempo, ya que la justicia no pudo actuar correctamente. Incita a las mujeres a que no tengan miedo, que denuncien lo antes posible y a que no se queden calladas por vergüenza a aceptar que son mujeres maltratadas, como en su caso.